domingo, 27 de abril de 2008

Respuestas



¿Quiénes no lloran ante la fuerza del sol?
Quien más posee, porque siempre está bien protegido, lo contrario que el hombre de la mar, el trabajador del campo, el de la construcción ect…
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¿Hacia donde van los trenes?
Unas veces a un destino infame, otras hacia la puerta de la felicidad, el resto a ninguna parte.
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¿Cuáles son las coincidencias elementales entre un matrimonio y una partida de cartas?
En el juego de cartas la partida acaba cuando pierde el contrincante. En el matrimonio, este se pierde cuando el antagonista pierde el amor en un cruce de camino.
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¿Cuál de las antiguas profecías anhelas ver cumplidas?
Aquella que dice. “Habrá siete años en los que no nacerá un ser puro” y le preguntan a Jesús, “Señor y si naciera solo uno”. A la sazón las profecías no tendrán razón de ser.
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¿Como está estructurado el paraíso?
Me pregunto ¿el paraíso como doctrina o el paraíso como vida? porque lo que realmente creo que el paraíso es el día que te propongas vivir.
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¿Qué le dice el ratón al gato?
´Baílame el agua, quien ríe el último ríe más fuerte.
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¿Por qué lleva esa insignia?
Cuando es visible a veces por orgullo para que la vean los demás, otras, cuando no se ve y se lleva en el corazón, por unos ideales que no están en venta.

lunes, 21 de abril de 2008

Jinetes del apocalipsis

Vientos de los cuatro puntos cardinales de la tierra... cabalgad en silencio y hundid en los abismos a cuatro alazanes negros

domingo, 20 de abril de 2008

El fax

El pitido del tren anuncia la salida de la estación. Ibrahim con la vista perdida en la lejanía, deja volar los pensamientos hacia un pasado doloroso. Los recuerdos pesan demasiado para su corta vida. Días de dolor, hambre y sufrimiento hacen que las lágrimas fluyan descontroladas por las oscuras mejillas. La ropa muy antigua le queda pequeña, aun así no se encuentra incómodo. Junto a él, unos críos se reparten los cromos para jugar al alza y tapa. Sus manos frágiles pero fuertes, extraen del bolsillo un papel arrugado y gastado de tanto leerlo. Después de doce interminables años por fin la libertad, aquella que perdió el día que atravesó el estrecho en la balsa y naufrago, aquel fatal día que solo tres chicos salvaron la vida y los cuarenta restantes perecieron ahogados. Hoy por fin dejó el centro de menores. Tres horas le separan del destino tan deseado, tres interminables horas para abrir la puerta a la esperanza. Ahora le queda que cumplir la meta que se ha puesto para lo cual se ha preparado estudiando. Por él y por todos los que quedaron atrás luchara por conseguir la integración en un mundo de igualdad.

Los sueños de Eva

Eva arrastra el carro de supermercado por la pequeña cuesta hasta llegar a la placeta. Al fondo se halla “su esquina” hoy encharcada por la lluvia. La raída ropa que cubre su cuerpo esta empapada a pesar del plástico que posa sobre ella. Extiende los cartones que le servirán de cama y se acomoda para pernoctar. La noche se espera fría. El barómetro, situado a tres metros marca dos grados bajo cero. Una vez enfundada con cartones y plásticos se acomoda para dormir. Cierra los ojos y sueña. Sueña ser una mariposa de alas rojas de terciopelo. Sueña volar por un jardín de flores silvestres hasta alcanzar el cielo. Sueña con un manjar de leche caliente y una mullida cama de sábanas limpias. Sueña con una madre que la arropa y le regala un beso. Sueña en cumplir los veinte años en una familia que la quiera. Sueña… mientras empuña en la mano su cárcel particular envuelta en papel metálico

SILENCIO

Silencio

Horas y horas, interminables horas, buscando en tu semblante un destello de luz. Buscando en tu silencio de oscura noche, un destello de vida. Buscando en tu mirada, un destello de cariño. Buscando en tus manos, una sombra de temblor. Buscando en tu sombra, la vereda que me permita llegar a ti. Buscando en tu mutismo, una esperanza de vida. Buscando en tu callada, el despertar de tu sueño dorado. Buscando en tus entresijos de maquinas conectadas. Buscando en tu quietud y en tu paz, la que mi alma atormentada anhela.

sábado, 5 de abril de 2008

EL PAVO

La tarde despierta con signos veraniegos a pesar de ser veinticuatro de diciembre. Los niños juegan a la comba cuando aparece Manuel con el majestuoso pavo. Los mocos cuelgan oscilando cuando gorgotea el glu, glu, glu. Se vislumbra que viene listo para ser introducido a la cazuela. Los chicos alborotados y con interés corren dando gritos de júbilo.
—Manuel— vociferan—!déjalo correr ¡
El pequeño Javier agita los brazos dando palmadas en su intento de atraparlo. Como no alcanza, sacude a Manuel por la entrepierna para que lo eleve a su altura.
El ave intenta escabullirse, presiente que un mal trago le espera.
—Que me harán—piensa— Peque me avisó que no me confiara si veía una cazuela en el fuego, me haré el muerto a ver que ocurre.
Al dejarse caer todos acuden, en un propósito de dar autentico realismo a la situación estira las patas sacudiéndolas, entona un lastimero glú, glu y cierra los ojos lentamente.
— ¡Niños, echaros atrás!—encrespa Manuel—no le quitéis el aire, este pavo es un semental muy costoso.
— ¿Qué es un semental?—pregunta Taño.
— Un animal que se destina a padrear, o dicho de otra manera para que lo entendáis, el pavo que se introduce en el gallinero para que engendre a las hembras y estas pongan huevos que obtengan pavitos de exposición. En segundos el ave entreabre los ojos y lentamente se levanta; despliega las vistosas plumas en un alarde de orgullo, estira el cuello y con graznidos agudos y estruendosos se dirige a una posible compañera.