lunes, 12 de mayo de 2008

DIÁLOGO

TEMA: DIÁLOGO
La tarde otoñal despierta con negros nubarrones. Son las cinco en punto. La comitiva que sigue al coche se detiene; el mutismo es espeluznante, nadie llora…
—Recuerdas lo cabezota que era.
—Sí, pero la mayoría de las veces tenía razón—comenta Antonia con voz entrecortada.
—Si le hubiésemos dado la oportunidad, lo acontecido habría ocurrido de diferente manera.
—Miguel ¿Tú crees que nos habrá perdonado?
—No se…tal vez, pero sigo pensando que ha sido un error venir.
La última palada de tierra sepulta el féretro. Antonia y Miguel, discretamente situados se dirigen a la salida. La ojeada de un familiar del difunto descubre a la pareja. El murmullo se hace mayor; voces enfurecidas se elevan. Una anciana enlutada ansía poner paz… no lo consigue, la inquina es desmedida. Como alma que lleva el diablo los chicos pretenden salir corriendo. Dos sonoros disparos perturban la paz de los muertos. Los cuerpos de los jóvenes enamorados se desploman al unísono.
—Ahora se hace justicia—afirma el joven empuñando el arma— ¡Antonio, llama a la guardia civil, mi hermano descansa en paz!
La lluvia se desliza suavemente, pariendo un cauce con tonos púrpura.
—Por mi alma, doy fe, que los hechos acontecieron tal como los he relatado. Aquél fatídico día diecinueve de Octubre de mil ochocientos setenta y dos ¡yo estaba allí!

1 comentario:

Angela Magaña dijo...

Muy impresionante y bien contado. Un abrazo