sábado, 7 de febrero de 2009

BEQUE Y PARRITO

BEQUE Y PARRITO

Algunos cuentos comienzan con érase una vez, o había una vez, pero el nuestro comienza con…Fría mañana de invierno, ronda los tres grados bajo cero. Beque brinca el charco, sus cortas patitas le hacen caer de bruces al agua embarrizada. Los tímidos ladridos llaman la atención de un felino de angora que tras los cristales de la ventana, observa atento el deambular de la calle. Las fuertes patas consiguen abrir una hoja del ventanuco, y con voz aguda llama la atención de Beque.
— ¿Estás tonta?—regaña— ¡camina rápido! ojea el coche que se acerca por tu izquierda.
Beque presurosa, de un salto logra salir a tiempo.
—Gracias—contesta incrédula—me salvaste la vida ¿como te llamas?
—Parrito… ¿y tú?
—Beque, busco a mi ama; bajé del coche y ella marchó sin prestar atención donde me hallaba.
Pancho, de pico encorvado y vistosas plumas de colores, situado en la rama de un árbol se introduce en la conversación.
—Salió calle abajo, se paró en la esquina y circuló a todo gas.
Beque enjuga las lágrimas que a borbotones invaden su carita rosada. El frío barro la hace temblar, los estornudos son continuos.
El pequeño cuerpo se está quedando frío
—Ven, abriré la puerta—explica Parrito— mi dueña te acogerá en casa.
En unos minutos una alta silueta se dibuja a través de los cristales. Con paso majestuoso se aproxima. Las finas manos se deslizan por el pelo de Beque. Parrito como un gran caballero se acerca fastuoso brincando los charcos.
—No tengas miedo, mi ama te llevará a casa…
Beque enjuga las lágrimas y se introduce en la vivienda. El nirvana la deja dormida por unas horas.
—Beque—llama su ama—apresúrate, nos marchamos de compras…
La melosa voz la rescata del letargo, el mullido cojín donde se halla es el suyo, no entiende nada.
De un impulso se introduce en el coche. Tras la ventana del edificio central un gato de angora la saluda…

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