lunes, 26 de enero de 2009

LA CUESTA DE LAS ÁNIMAS

LA CUESTA DE LAS ÁNIMAS
Corre el año del señor de mil novecientos veintitrés, en una aldea de la alta cierra de Cazorla cerca de la confluencia del Guadiana, noche a noche algunas personas han desaparecido, los últimos Pedro y María que bajaban al monasterio de San Antón a pedir a la Virgen que les diera un hijo. Fueron avistados por última vez en el sendero de la cuesta de las ánimas… Algunas lenguas dicen, haber visto espectros en la roca roja de la cuesta. Hoy, día de difuntos, quince hombres del término preparan una batida, ajos enristrados a lomo de una yegua y una botella de agua bendita alejará los malos espíritus. La comitiva se pone en marcha, llantos de mujeres despiden a los hombres que se pierden entre las brumas del abrupto barranco. La búsqueda no ha dado fruto y comienza a oscurecer, deciden regresar, no quieren volver por la tortuosa travesía entre pinchos y vegetación, resuelven hacerlo por el camino que lleva a la cuesta de las ánimas. Son las doce y cuarto cuando encumbran la pendiente, la oscuridad es total, a lo lejos se escucha aullar de lobos, el grupo anda apiñado, se acercan a la roca roja y…
—De las doce a la una —explica una voz que surge de la piedra— corre la mala fortuna.
Seguidamente una columna de espectros sin pies aparece con cantos murmullos y lamentaciones, las antorchas que portan los hombres se apagan iluminando la noche los ojos purpúreos debajo de las capuchas. El grupo es rodeado forzándolo a integrarse en la procesión, la roca se abre engullendo la fila, los últimos en entrar son Pedro y María…

***Año del señor de dos mil nueve…Algunas lenguas dicen… que han visto salir una comitiva de fantasmas encabezada por una yegua, de la roca roja en la cuesta de las ánimas…

1 comentario:

republica_motril dijo...

Que mal rollo dan las ánimas, a pesar de ello, logras transportarnos allí donde por lo menos yo no quiero, me has hecho imaginarlos... uhhh!! qué miedo.